viernes, 5 de diciembre de 2008

Ideas básicas sobre el EStoicismo.

La Ética Estoica
Para Séneca, un pensador estoico tardío, la filosofía es la ciencia de la conducta; y la felicidad es sinónimo de virtud, concepto que para el estoicismo significa vivir conforme a la naturaleza.

Los consejos y la exhortación son su preocupación principal en la educación de los valores morales, principios que benefician el estado mental del hombre y su conducta.

El estoicismo de Séneca es una doctrina ética práctica.

Según los principios estoicos no existen actos malos en si mismos sino el mal moral que representa la ausencia del recto orden en la voluntad humana.

Tanto en la física como en la moral los contrarios actúan recíprocamente. No se podría entender lo que es tener coraje si no se conoce el miedo, la justicia sin la injusticia, el valor sin la cobardía, lo que significa el placer si no se conoce el dolor.

Vivir de acuerdo a la naturaleza y a sus leyes significa para el estoicismo atenerse a los principios que operan en ella, de los cuales el alma humana también participa.

Diógenes Laercio señala que la virtud consiste vivir conforme a la recta razón, de acuerdo a la naturaleza.

El hombre es el único que puede conocer esas leyes y de aceptarlas conscientemente y es libre de cambiar su actitud de acuerdo a su voluntad y responsabilidad, porque ninguna acción es buena o mala en forma determinada.

Por lo tanto, algunas cosas serán preferibles, otras rechazables y otras indiferentes y el placer nunca puede ser un fin en si mismo.

Las virtudes esenciales son la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia que se complementan entre si, pero la conducta verdaderamente virtuosa es la del sabio, que se ha liberado de las pasiones, tiene dominio de si mismo y acepta su finitud.

Los estoicos tardíos ponen énfasis en la idea de progreso y dividen a la humanidad en dos grupos, el de los insensatos y el de los que progresan hacia la virtud o la sabiduría.

Una característica de la doctrina ética estoica se ocupa de las pasiones y los estados de ánimo como la tristeza, la depresión, el deseo y el miedo. Pero en la práctica se refiere más a la lucha por conseguir el dominio de uno mismo y la libertad moral.

Para el estoicismo todo hombre es un ser social por naturaleza y la razón es la naturaleza esencial que es común a todos los hombres. El ideal ético estoico se consigue cuando logramos amar a toda la humanidad como a nosotros mismos.

Los estoicos hablan de la providencia divina que rige el universo de un modo infalible y le permite alcanzar todos los objetivos que ella ha previsto, por esta razón participan de doctrinas esotéricas y adivinatorias.

Para el estoicismo nada es casual y cada ente es necesariamente producido de la única manera que debía ser, y se dirige necesariamente hacia el cumplimiento de lo que le ha sido asignado.

La verdadera libertad del hombre sabio es conformar su propio deseo al Hecho divino, o sea desear lo que el Hecho quiere, lo que le es dado.

La libertad no consiste en aspirar al cumplimiento de nuestros propios proyectos individuales, porque estos proyectos serán trastocados por el Hecho del cual somos irremediablemente esclavos.

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